28/5/13

109 EGOÍSTAS

Hace tiempo que vengo notando que algo raro le sucede a mi pensamiento. De mi mente, incluso de mi memoria, están borrándose las ideologías. En el vacío resultante aparecen ideas embrionarias, imperfectas, probablemente erradas. Pero podría decirse que soy un poco más libre. También más temeroso y más consciente de que el temor proviene de haber averiguado el lugar donde se cuecen los peligros.

Cada semana, al anochecer, tomo asiento frente a la pantalla luminosa de la computadora y escribo estás líneas. En la tarea, toda la realidad abrumadora se confabula contra mi serenidad. Y, entonces, la blanquecina irradiación del monitor contrasta con tantos fuegos y espinas, con tanto asunto “turbio”, un adjetivo que hoy ha utilizado un compañero de trabajo, letrado y funcionario como yo, mientras comentábamos un caso y las sentencias dictadas al respecto. La palabra se ha quedado grabada en alguna parte de mi psique, recobrando ahora su virulencia.

Turbios son los tiempos. Y turbios los parlamentos de esta democracia nuestra que agoniza. El otro día alguien argumentaba que las organizaciones sociales (partidos políticos entre ellas) no son las personas que las conforman y desempeñan puestos de responsabilidad pública. Discrepo radicalmente. ¿Acaso un hospital, por ejemplo, no depende de la ejecutoria de sus miembros? Las organizaciones son productos culturales y está ciego quien no ve que, como las personas, mueren si no se adaptan. Si no son honestas.

Turbio es el parlamento de esta Andalucía maltratada de señoritos y catavinos; esta Andalucía de nuevos amos por decisión popular y de un pueblo invertebrado que se ha dejado domesticar. ¿Ilusiones perdidas? Digámoslo sin rodeos: no están perdidas; están deshechas.

Ciento nueve escaños componen el hemiciclo regional repartidos entre IU, PSOE y PP. Me temo que los ocupan ciento nueve egoístas. ¿Y a qué se debe tanto egoísmo reunido?  ¿Falta de escrúpulos? ¿Des-cerebramiento? ¿Golfería? ¿Neurosis extrema? ¿Psicopatía aguda? No. Es más simple: política acaparada por ineptos de diferente condición, pero muy sagaces todos con su intachable carnet de militante.

Porque provoca estupor, vergüenza y abatimiento que el parlamento andaluz, con los votos favorables de los diputados socialistas, haya decidido recuperar las pagas extras para sus señorías mientras los empleados públicos no paran de sufrir recortes salariales. Hay organizaciones que fermentan en su propia excrecencia. No permiten otra alternativa racional que marcharse y evitar el contagio.

Lo de “marcharse” es una metáfora, claro está. Aún sigo aquí, como tantos otros, observando, padeciendo, combatiendo en lo que puedo esta realidad transeúnte plena de acertijos y con todas las respuestas a nuestra disposición: el egoísmo humano es el adversario y sus raíces también crecen en las izquierdas.

      

     

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