18/9/13

DESPIERTA DE UNA VEZ

No puedo ser neutral. Hace tiempo que sigo a conciencia la carrera artística de Bunbury. Ninguna de sus canciones me deja indiferente. Escasean los autores que se reinventan a sí mismos, desafiando las reglas establecidas por la industria y las modas, pero sin perder su identidad musical. O mejor, sin cejar en el esfuerzo de construirla, de hallarla, pese a las crisis personales. Bunbury las ha tenido y muy profundas.

Ahora se anuncia un nuevo trabajo, “Palosanto”, un disco que se presume ambicioso a juzgar por su extensión. Advertencia de experto (sonrisa sin malicia): cuando Bunbury se extiende es que detrás de cada verso y de cada acorde hay mensaje.

Aunque con letra aparentemente sencilla, el primer single nos arroja a la cara mucho, mucho mensaje. Además, “Despierta” –tal en su título rotundo- ya no podría entenderse sin la cámara magistral de Alexis Morante. El cineasta nos ofrece una visión inédita de su Algeciras natal, centro neurálgico de la catástrofe que despertará a sus moradores obligándoles a ponerse a salvo: el mar se ha secado, el cielo oscurecido, el aire arde y platillos volantes acechan. Pero no todos lo logran. Sólo un  puñado alcanza la pequeña barcaza de pabellón indefinido y rotulada con la leyenda “Dios es amor” que los llevará lejos, fuera de este mundo.

Porque este mundo está pudriéndose y hay que irse. Niños abandonados y tediosos parroquianos de un polvoriento bar portuario salen del letargo cuando cuatro buceadores apocalípticos hacen astillas, con arpones y anclas, las pantallas de los televisores que transmiten, como una letanía mortífera, los discursos inútiles que los gobernantes y poderosos del planeta repiten una y otra vez, mientras el mundo se pudre. Como anticipo de la catarsis, Bunbury, nada más iniciarse el relato, toma un bate de béisbol y pulveriza la imagen de Rajoy, nuestro presidente. Es el primero que cae.

Acérquense al video. Acérquense a la canción. Les aseguro que, a poco a que abran sus conciencias, se acercarán a sí mismos. “Hoy te sientes distinto porque eres distinto”, canta Bunbury. “No importa qué digan. Si no es alimento, que se lo lleve el viento”. Hasta el párroco subido al campanario de una fantasmal Iglesia de la Palma -protagonizado por el actor Bueno Belloti, también nacido en Algeciras-, decide trocar sotana por neopreno de hombre-rana, color sangre de Cristo. Porque este mundo se pudre y hay que huir.

Pero no podemos huir. Por el momento no hay otros mundos habitables. Lo que Bunbury nos propone va más allá de una modificación estratégica o de una mutación meramente intelectual. Quien vea las imágenes, se adentre en la canción y se quede en eso no habrá entendido nada. El mundo se pudre, parece el infierno. De hecho, nunca fue un edén. Cuanto podemos hacer, lo realmente decisivo, es cambiar nuestro espíritu, despertar, renacer cuando todavía no todo es ceniza.

Si la narración les suena a tono bíblico, están en lo cierto. En el Antiguo Testamento y los textos de la Torah hebrea se narra algo parecido: el cuentecito del diluvio universal y el arca de Noé. La historia del ser humano es reiterativa hasta el hartazgo. ¿Comprenden ahora el mensaje de esperanza? Tal vez sea posible rectificar las líneas de las manos.     
       

    

1 comentario:

MJK dijo...

Suscribo y me suscribo. Anoche mismo dediqué le un buen rato a esto nuevo de Bunbury y sin duda me mantuvo "despierta". Hace años que también lo sigo, a veces literalmente en cuanto a lo musical y disfruto con sus mensajes y con él mismo. En fin saluditos, (De MJosé para Kiko, un besazo en este reencuentro virtual)