14/4/13

TARDE DESVANECIDA


Se desvanece la tarde.
La brisa cruje;
mueve apenas las cortinas
como en un baile sin danzantes,
olas de seda partidas en el mar.

Mis huellas sobre la arena, hace un rato,
hendiduras que nunca regresan.
Caminar oyendo tu voz
prendida de otras presencias,
que vienen y van como
el rumor de la sal y el agua.

Y en el pensamiento, tú, a lo lejos, clavada.
Una dulce irritación, una dulzura amarga.
Tú, más allá del aire,
con tantos rostros que perderé
y uno solo que me hiere.

Tarde desvanecida, preludio del estío,
y en mis oídos aún las melodías del invierno,
como un alimento en mi ser incrustado,
y mi búsqueda, mi dolor, mis manos,
mi amor en ciernes,
lo que amé ya destruido,
la pasión hecha llanto,
punzada de plata.

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