30/4/13

LA DERROTA



¿Cómo poner palabras?
No quiero ser hueco
en el hueco de una agenda
que sólo tu libertad gobierna.

Aspiraba, yo el humilde,
el amante, el pendenciero derrotado
en todas las reyertas,
a ser la mirada que a tus ojos de miel
diera lumbre pequeñita.
Tan vacíos los vi.
Tan anhelantes.
Me equivocaba,
yo el ingenuo.

Si ahora pudieras entregar
tu presencia prometida,
tal vez esos miedos tiranos
se sorprenderían:
mi tacto sabe suavizar las espinas,
hablarte quedo,
ser hombre y niño inseparables
en la noche que, junto a ti,
jamás terminaría.

Ay, amor.
Cuesta la vida entera
crear un reposo
donde la paz sea duradera.
No lo ves y ningún reproche
oirás de esta boca sedienta
que ahora muere, muere,
muerta a tu pies se queda
para vivir mañana.

1 comentario:

Norma Ruiz dijo...

Hermoso poema querido amigo¡¡
La derrota puede ser el principio de un fin anunciado.
Abrazos fraternos