21/4/13

EL PUÑAL, CLÁVALO



Clava el puñal, si lo deseas.
Pero asegúrate de que muero,
que la herida revienta por dentro.

La mano aprietas.
Tu boca es nácar
perlada de sangre.

Eras la promesa
y yo el niño aferrado,
como sin ti no hubiera aire
y asfixiara la locura
todos los espacios.

El puñal, clávalo
ahora que soy tuyo.
No me dejes vivo,
abandonado al dolor
de saberte mi asesina.

Tan difícil no pudo ser
que no me quisieras.
Habita en mí
la maldición del desconcierto.
Una fragilidad que, inútil, se rebela.

¿Ves ese acorde que vuela,
hasta adentrarse y luego emerger
hecho una no-palabra?

Míralo bien.
Desearía que fuera el silencio,
pero es allí donde mi cuerpo
recibe sepultura.

Donde he vivido siempre,
carne de puñal presta a sajarse.
Rabia, temor y llanto
porque no eres tú el manto
que me cobija.

No hay comentarios: