Declaración del niño: “Papá, mamá: ya que estoy aquí, necesito vuestra
ternura y que no proyectéis sobre mí vuestras ilusiones frustradas.”
Declaración del padre y de la madre: “Hijo, hacemos lo que podemos. Pero
llegará el día en que deberás atarte los cordones de los zapatos tu solo.”
Declaración de Dios: “Nunca existí. Ignoro cómo habéis consentido semejante
quimera durante tanto tiempo.”
Declaración del Diablo: “No confiéis en Dios. Siempre os engaña. Venid a
mí.”
Declaración del ser humano: “El cielo y el infierno están dentro de uno.”
Declaración de la prostituta: “Si me dejárais, haría el amor.”
Declaración del usuario del prostíbulo: “En verdad busco la eterna compañera.”
Declaración del amante: “Amo porque acepto las razones de mi compromiso.”
Declaración del desempleado forzoso: “Siento desesperación. ¿Alguien me
ayuda?”
Declaración del capitalista: “¿Y qué pretendéis que haga con mi fortuna?
Sólo me enseñaron a amasarla.”
Declaración del jubilado: “Especuladores, ¿qué afrenta imperdonable os han
causado mis nietos?”
Declaración del planeta: “Quedan los océanos, pero están contaminados.”
Declaración del periodista: “No importa la noticia, sino quien padece el
suceso en la vida real.”
Declaración de la vida: “No permaneceré aquí por siempre.”
Declaración de la muerte: “Desearás que te lleve en paz.”
Declaración del poeta: “No percibía un hecho trágico: escribía metáforas descendiendo
a mis desvanes y no alzándome al firmamento.”
Declaración del lector: “Acabo de cerrar el libro. La historia que me contaba
caminará conmigo.”
Declaración de las palabras: “Adoramos el silencio.”
Declaración de la desnudez: “Soy bella, a veces.”
Declaración de la belleza: “No me permiten ir desnuda.”
Declaración de la sociedad contemporánea: “Os ato con firmeza a la locura.
Pero es lo que hay porque os negáis a transformaros.”
Declaración del loco: “Algo me hirió en lo profundo y me hizo distinto.”
Declaración del cuerdo: “Cada día escondo mis heridas.”
Declaración del beso: “No anhelo labios, sino otro beso.”
Declaración del médico: “Tuve que endurecerme para salvar vidas. Pero ya
toca comprender que mi paciente moribundo soy yo mismo disfrazado.”
Declaración del gobernante: “Os juro que me propongo practicar la
democracia auténtica, pero, amigo, es más cómoda y rentable la demagogia.”
Declaración del partido político: “Me habéis pervertido.”
Declaración del pervertido: “Me habéis politizado.”
Declaración del banquero: “Yo nunca quiebro. El banco es el que quiebra.”
Declaración del ciudadano: “Olvidé que también yo tenía que poner de mi
parte.”
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