18/6/13

GUSANOS EN EL ALMA

En todo ser humano hay una parte detestable formada por su egoísmo, su afán de poder y su incapacidad para establecer relaciones maduras con los demás en el sentido de estar guiadas por algo más profundo y valioso que los meros intereses subjetivos o el estatus alcanzado.

Cada uno de nosotros puede trasladar a la sociedad estas pulsiones contrarias a la vida en paz. El asunto no tiene importancia, salvo por el hecho de que la sociedad es, inevitablemente, el espacio que construimos entre todos para que todos cohabitemos. Esa cohabitación resulta imposible si carecemos de empatía. Carecer de empatía nos conduce directamente a la enfermedad mental.

En sus insaciables deseos de obtener el máximo beneficio con el mínimo coste, los líderes de la patronal española, de un tiempo acá, vienen proponiendo medidas que merecen cualquier calificativo, menos el de empáticas. Por tanto, son propuestas de una organización enferma. Entre ellas se encuentra la de reducir el permiso laboral por fallecimiento de familiares aduciendo que, cuando se llevó a la ley, los viajes se hacían en diligencias tiradas por caballos.

He dicho bien y lo repito: una organización enferma. Como todas las instituciones democráticas de las que nos habíamos dotado hace treinta y pocos años. ¿Pruebas? Su anterior dirigente duerme en la cárcel acusado de gravísimos delitos económicos y la cúpula actual está ciega, borracha, de neoliberalismo.com.

¿Qué es el neoliberalismo? Una doctrina económica que, entre otras lindezas, concibe al trabajador como un engranaje más de la cadena productiva, otro frío factor de producción que se agrega a la inversión en bienes, publicidad y estrategias comerciales. En el imaginario del liberalismo extremo, el trabajador queda reducido a la condición de “cosa”; en cuanto tal, se da por sabido que ni siente ni padece. Ni siquiera tiene derecho a una interrupción de su obligación de trabajar, que, además, en la norma vigente es más breve que la merecida: la muerte de un familiar genera mucha angustia vital.

La perversa crisis que atravesamos provoca suicidios y pobreza, pero también está retratando el perfil psicológico de cada uno de nosotros. Blanco sobre negro, aparecen cristalinas las neuras y psicopatías que a cada cual aquejan. La de la patronal española es fácil de diagnosticar: avaricia desmedida, deshumanización.

Con todo, lo peor no es que un alto dirigente de la CEOE haya lanzado una propuesta tan cínica (por justificarla a propósito del absentismo laboral) e inhumana (por no respetar el dolor inherente a la muerte). Lo peor es que habrá trabajadores, tan enfermos como quienes les mandan, que serán capaces de aplaudirla y secundarla.  

O tal vez no. Tal vez llegue el día en que los trabajadores se aperciban hasta los huesos de que su fuerza de trabajo, sea física o intelectual, es lo único de que disponen para vivir con dignidad, y que como bien más preciado esa fuerza debería estar protegida con los derechos más inalienables que puedan imaginarse.

Tal vez llegue el día en que se den cuenta de que esta cuestión trasciende los estrechos márgenes ideologizados de las derechas o las izquierdas, para entrar de lleno en la pura supervivencia. Mientras tanto, sugiramos a los líderes de la patronal que se hagan mirar los gusanos que les corroen el alma. No basta con pedir disculpas a posteriori cuando uno está tan jodidamente loco.

No hay comentarios: