19/2/13

CORRUPCIÓN JUSTIFICADA



Con la inspiración reseca, recurro al extraordinario verso de Quevedo: poderoso caballero es don dinero. Todo es más simple, pero también más alarmante. Quien justifica a Bárcenas -o a cualquier otro corrupto- es a su vez un corrupto en potencia. Si no lo es, se debe a que los medios no están a su alcance o no se halla en la situación propicia. 

Provenga de donde provenga, ya no debemos ser tolerantes con la corrupción. Pero recordémoslo: venimos de un modo de vivir (tan vulgar, tan ignorante, tan dañino) que justificaba que el político metiera la mano con tal de que <hicieras cosas>. Esta corruptela enquistada en el pensamiento del votante descubre la parodia de democracia que habíamos construido entre todos. Bárcenas ha sido, hasta hace poco, senador. Que yo sepa, dios no lo puso ahí.

Vaya personaje, el señor Bárcenas. Aun no se ha enterado de que la moral existe. No la moral católica, ni la ateísta, ni siquiera la moral partidista o ciudadana. No, nada de eso. Me refiero a la moral de la moral. Al hecho de que uno es más necio, y patán, y taimado, cuando hace gala sin tapujos de su cínica manera de ser, del carácter insano que se forjó durante la crianza y más tarde, cuando tocaba ponerse un poco en el lugar de los demás.

Sí: hay señores/as que perdieron la vergüenza, los escrúpulos, el más mínimo sentido del decoro y de la empatía. Tengo la ligera impresión (me río para mis adentros mientras escribo: es convicción pura) de que el señor Bárcenas es uno de los integrantes de esta casta de criaturas incalificables que nos ha tocado sufrir en pleno siglo XXI.

Con una fotografía en blanco y negro del desahucio de un desempleado le hubiera dado al señor Bárcenas en sus narices cuando, a su regreso de un viaje de placer (lleva razón Rubalcaba: ¿cómo es posible que aún no se le haya retirado el pasaporte?), obsequió a los periodistas congregados en la terminal de pasajeros con una linda peineta y una sonrisa de capataz montuno.

Pero la gran pregunta es: ¿por qué Bárcenas no está ya en prisión preventiva? ¿Por qué se siente tan seguro de sus movimientos, y va y viene por el orbe como si el asunto no fuera con él?

Malos tiempos para que tu cara bonita se asocie a la política o a la banca. Puede que estés podrido de prebendes e influencias. Puede que te creas el amo del cortijo. Y tal vez lo seas. Pero ya nadie cree en ti. Y no hay peor descrédito. Entonces sucede: te has convertido en el bufón de ti mismo. Tienes un desecho por cerebro. Tu inteligencia está enferma. En realidad, siempre lo estuvo. Existes porque la democracia verdadera aún es débil y no te educaron para que fueras un ser humano digno de tu especie.  

1 comentario:

Alberto Soler dijo...

Artículo muy lúcido que suscribo y comparto.
Saludos.
Alberto Soler
lainfinitaespiral.blogspot.com