OTOÑO

No puedo convertir en palabras
la caída de las hojas secas,
ni la textura del barro cubriendo los senderos.
Llueve gris y se eterniza el agua.

Sólo la voz cantada y los acordes,
tan hermosos que duelen,
traen a mi espejo deformado
la imagen de la espada que se clavó hiriente,
el abismo infinito de tu llanto,
los rostros partidos en pedazos de piel.

Mudo de metáforas, quietos los labios,
desmadejado cuerpo, corazón que se tensa
y es temblor y miedo,
soy el que despierta para vivir otro otoño.