30/12/11

LOS ADIÓSES


Cae la noche y uno echa mano de sus recuerdos. Ignoro cuánta vida me resta. El patrón cultural en que nací y me envuelve indica que he alcanzado la mitad del tiempo que me fue asignado. Pero por más cálculos que hagas la duración exacta nunca se acierta, nunca se acierta. De lo único que adquieres certeza es que llega el momento crucial en que te das cuenta de que ya no eres el mismo. La inocencia quedó maltrecha en el cumplimiento de una ley inexorable que cuesta asimilar: la madurez nunca sobreviene sin dolor. Lo sabes porque el amor perdió romanticismo, frescura, y se convierte en una necesidad imposible de perseguir, porque se escapa. Cuanto más lo aceches, menos lo mereces. Cada paso, en suma, se hace tan real como la edad cumplida.

Siento emociones encontradas ante el año que en pocas horas estrenaremos. No es grato despertar cada día con la tierra implosionando bajo tus pies por mor de una crisis sistémica de proporciones aún desconocidas, que tú no has provocado. Al menos tienes trabajo, te dices. Y es verdad que dadas las circunstancias no puedes hallar mejor consuelo. Pero han sido vapuleados valores que fuiste aprendiendo para creer en ellos porque eran la nobleza encarnada, así el respeto mutuo, la honestidad, el dar a cada ser humano lo suficiente para vivir con dignidad.

Tampoco resulta tarea fácil tomar conciencia de que si alguna infelicidad te cerca, algo debió poner de su parte tu egotismo. Descubres que sin expiación no hay toma de conciencia que se precie. Eres llanto repetido para que después de los arrepentimientos venga la redención. Tarda en hacer acto de presencia, se esconde ladina y rumiante por los quiebros que nos dejaron las malas vivencias; crece pequeñita y con mucho esfuerzo en los desvanes. Pero ha de venir. Es cuanto le pido al nuevo año: un poco de paz y que sea repartida. Pues es hora de comprender que la paz nunca se fabrica sola.

Oigo ruidos que ensordecen. En el barrio donde vivo hay un descampado que separa urbanizaciones deslavazadas, edificios erguidos como tótems y hogares donde se desatan alegrías y cargan tristezas. En la víspera del nuevo año alguien, lejos, enciende una mecha. De repente, el aire oscuro y quieto de este diciembre de amaneceres tan fríos se llena de fuegos artificiales. Una luminosidad multicolor y centelleante rasga los espacios, y desaparece entre estruendos. Verde esmeralda, rojo candela, amarrillo estridente, azul cósmico, cromatismos todos brillantes y fugaces, forman una danza de líneas curvas que descienden sobre las sombras de la maleza como copas de palmeras imaginarias.

Entonces lo sé: aquí respiro, aquí convivo, pero no es mi lugar. Mi lugar está en una playa donde las aguas se lleven el peso mortal de la memoria. Mi lugar está cerca del rumor de las olas, es la verdadera nana que te calma. Está en las dunas que embellecen los paisajes majestuosas y no en el vacío de las dársenas sucias, invadidas por monstruos de acero que nunca callan.

Entonces lo sé: has de despertar del sueño y comprender que no hay otra vida y que has de construirla. Has de comprender que los adioses que regresan son la tenaz pesadilla.      

  

1 comentario:

Bárbara Himmel dijo...

Descubre entonces que hay un amanecer después de cada anochecer.
Aprende que el amor llega solo..y no cuando le buscas.
No calcules tu vida en función de lo que te resta por vivir,,sino mídela en función de la fuerza y la intensidad con que la vives...
Si conservas esos valores ,nada ni nadie te los quitará!!!..y aunque no desees ser mediocre,no hace falta nivelar hacia abajo,pero si,agradece que tienes trabajo y no eres uno de esos 4.400.000 personas que buscan..diariamente..en tu país en peores sitios del mundo..
Y si tu lugar,es la playa y ese es tu refugio ,pues ahí serás feliz....y hay que aprender a no cargar con las "mochilas" ajenas....aunque seamos solidarios..y atentos y morales....
Ha comenzado 2012...es martes 3 ,son allá las 23:17.....y aún estas vivo..así que agradece eso!!
Bali