22/9/11

TE ESCRIBO, AMOR.

Si supiera componer música que acallara el dolor oculto de mis palabras,
y besos se acercaran como un mediodía a mis labios quietos,
el cielo tendrías inmenso a tus pies,
y quietud de océanos en tu morada.

Si supiera que al despertar
la tibieza dormida de tu cuerpo
no se desvanece y es permanencia,
entonces mi alma rota, pobre de presencias,
embellecería con tu mirada,
y ese llanto oscuro que viene de tan dentro en agua se convertiría,
calmada la sed, sin amenazas de puños abiertos, la piel sin grietas.

Pero te escribo, amor, sabiendo que al fin se destruyeron las atalayas
y entre los escombros vagan perdidos los amantes.
Te escribo, amor, sin el ánimo del que ama,
la trayectoria de la flecha fue fallida y certero el veneno de la daga.
Moribunda queda la inocencia, en el escenario, apenas palpita, y despedida la alegría
el negro se vierte sobre el azul, el carmesí implosiona, atardeceres fríos todavía.

Amor, te escribo todavía,
pero en ti ya no creo.
No, rotundo, en ese amor que es asesino y tortura.
No, para siempre, en ese amor que tuerce amor por locura.
No, desnudo, en ese amor que no crece y cuesta la vida. 

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