Piel cálida que sobre mi frente resbala
con la suavidad de la magia.
Ojos dolientes que no duelen.
Humedad a ti debida,
pasión en ciernes.
Sin temor serás descanso.
Sin temor acudo y vienes.
No haré princesa ni castillos de mi amante.
No haré puñales de tu tacto.
Mujer sufrida, infinita belleza: yo soy tu huésped.
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