El mejor presente:
sentirse reconciliado con la vida.
Ido el veneno letal del rencor.
Controlado el temor intenso a las ausencias.
Integrados los recuerdos que dolían.
Aspirando a evocar algún día otros nuevos.
Circular, tenaz, huidizo como siempre.
Como siempre abierto
a los impactos de la belleza,
y quebrado por tus acordes,
esa melodía que me atraviesa
y hago mía,
porque es tu presente.
Aspirando, como siempre, a no-morir.
Porque un abrazo sin cadenas,
una noche de amor con un extraño
y la palabra certera
son mil veces mejor que el mejor de los puñales.
La edad, tu compañera.
El año caído, tu amante.
Tras el viaje oscuro,
aprender a vivir con tus silencios.
Tanto vagar y, como siempre, llegué al presente.
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