El amor teme a la razón. La razón teme al amor. Cada uno trata de
prescindir del otro. Pero siempre que lo hacen, les esperan problemas. Razón y
amor no conversan: se hacen callar a gritos (Zygmunt Bauman. La sociedad individualizada).
Ese abismo sin fondo que es la condición humana (Mario Vargas Llosa. La civilización del espectáculo).
La globalización tiene muchas cosas buenas, pero tiene una muy mala: no
existen fronteras para los problemas (Santiago Niño Becerra. Más allá del crash).
Pensad cuánto valor, cuánto significado se encierra en las más pequeñas de
nuestras costumbres cotidianas, en los cien objetos nuestros que el más humilde
mendigo posee: un pañuelo, una carta vieja, la foto de una persona querida
(Primo Levi. Si esto es un hombre.)
Debemos reconocer que la guerra ha sido un factor indispensable del
desarrollo capitalista (Rosa Luxemburgo. Reforma
o Revolución)
Cuanto más información tenga el público, más facilitará su reacción al
ajuste (Milton Friedman, en una carta al general Pinochet de 1975).
¿Quién es la sociedad? Tal cosa no existe. (Margaret Thatcher, en una
entrevista de 1987).
Os exprimiremos hasta la saciedad y luego os llenaremos con nuestra propia
esencia (George Orwell. 1984)
La desesperación del hombre medio es un suelo fértil para que abonen nuevas
formas de fascismo (Eric Fromm. El miedo
a la libertad).
Todos sabemos, más o menos, cómo debería ser una democracia ideal, mientras
que se sabe demasiado poco sobre las condiciones necesarias para conseguir una
democracia posible, una democracia real. El desarrollo no sostenible es también
un desarrollo inaceptable porque impone un retorno a aquel pasado de carestía y
pobreza que habíamos dejado atrás. (Giovanni Sartori. Democracia en 30 Lecciones).
Europa ha sufrido la contradicción entre el funcionamiento democrático de
los Estados-nación y la voluntad de las clases dominantes de utilizar la
construcción europea para obligar a los pueblos a aceptar reformas liberales.
(Henri Sterdyniak. Economistas aterrados).
La integridad es silenciosa (Belén Gopegui. El lado frío de la almohada).
Nadie ni nada hallará un lugar en la poscrisis sin demostrar honradez
(Vicente Verdú. La hoguera del Capital).
No puede actuar libremente quien no disfruta de ninguna seguridad
económica. Los seres humanos son la única riqueza y un orden normativo que
ponga a las cosas por encima de ellos no puede ser duradero (Alain Supiot. El espíritu de Filadelfia).
La libertad de elegir implica la obligación de cumplir (Michael Onfray. La fuerza de existir.)
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