4/6/11

REDES LIMPIAS

Mientras Pitu, mi gato de dos meses, dormita recostado encima de la impresora, repaso la página de inicio de la red social a la que estoy adscrito. Es viernes noche. El día no ha sido especialmente duro. Tampoco memorable.

Unos amigos me han llamado hace un rato, para salir de copas. No me apetece, les digo. Al colgar el inalámbrico una pregunta queda flotando en el aire de la habitación, como un garfio, las ventanas entreabiertas: ¿y por qué demonios no me voy, me tomo un par de wiskies y me despejo? De repente ruidos de automóviles último modelo, en las calles, rompen el silencio de la noche y las voces ebrias de un par de jóvenes se elevan entre el rugir de los motores, gritando algo parecido a un saludo.

Dice Lipovetsky que en nuestra cultura global las pantallas ocupan un lugar preeminente. La red, que es ante todo exhibición, brinda una multitud cuasi-infinita de escaparates donde las personas dejamos un pedazo de intimidad y las organizaciones muestran su mensaje con el fin de ganar adeptos para su causa.
Se diría que no sólo necesitamos -más que nunca- comunicarnos. Además, necesitamos ver. Y necesitamos, también, la ilusión de que vemos lo que nos gustaría ver.

En el árbol de la página de inicio se despliegan los enlaces. Descubro que Mariola, de Algeciras, especialista en citas literarias, ha colgado una hermosa versión de la canción “Aleluya”, de Leonard Cohen. La voz de Jeff Bucley, solo ella y la guitarra eléctrica, atraviesa el alma. De inmediato difundo el enlace.

Desde Venezuela, Vegas invita a oír la lección magistral del economista chileno Manfred Max-Hell en la Universidad Internacional de Andalucía. Exponiendo datos irrebatibles, afirma que el siglo XXI se enfrenta a retos específicos, pero trata de resolverlos con paradigmas económicos del siglo XIX. Y otra pregunta se me adhiere: ¿a esto no se le llama “atraso”?
Manfred califica al sistema neoliberal de despiadado: hoy malviven en el mundo más esclavos que en épocas pasadas. Dos tercios de ellos son niños. "La esclavitud es un negocio", explica suavemente, pero con rotundidad. Otra pregunta, fruto tal vez de mi malicia: ¿habrá emitido en abierto algún canal de televisión la lección magistral de Manfred?

Glória, desde Barcelona, me envía a la bandeja del correo virtual el enlace de Equo, una organización ecologista defensora de la equidad social que está promoviendo la formación de un partido político alternativo. Me interesa. Algunos pensamos que es necesario. Visito el blog. Pido agregarme para recibir información. Tan solo debo rellenar un sencillo cuestionario.

Bali Himmel, desde Argentina, publica en un grupo de poesía (somos 44 miembros) unos versos preciosos cantando a la sensibilidad, erótica y pasión femeninas. Pulso “Me Gusta” y le dejo un breve comentario, que ella agradece más tarde.

Elena, a quien he solicitado amistad, dice que le gusta la imagen de mi perfil. Le informo a continuación que es una escultura de la diosa griega de los ciclos vitales, Perséfone

En los archivos del blog de Rafael Narbona, profesor de enseñanza media en Alcalá de Henarés, excelente escritor, marxista por convicción y articulista del “El Mundo”, me topo con un texto brillante sobre la literatura de Albert Camus. Y otra duda cae en la espesa madrugada, sin respuesta: ¿no crees que es hora de releer El Extranjero? ¿No crees que muchos nos sentimos extranjeros, como en tierra de nadie?

Coincido con un amigo real, a quien hace mucho que no veo, gracias a que compartimos comentarios en el enlace de un tercero. Nos saludamos, nos despedimos y nos envuelve de nuevo la distancia fría de la conexión por router.

Redes limpias. Redes sucias. Todo depende de nosotros. Y de Pitu, que acaba de despertarse con el rumor de la impresora. Y se despereza. Y me mira. Y desciende sigiloso de las alturas, para beber a sorbitos pequeños de mi vaso de agua.

1 comentario:

Elena dijo...

He leído muchos artículos en distintos blogs, pero hoy en éste, me he sorprendido, bueno... me has sorprendido. Hablas de tu vida, de como has decidido pasar unas horas de tu vida, sin inventar nada, me ha parecido algo estraordinario, no disfrazar tu tiempo describiéndolo con otras palabras. Gracias.