La Nación española, deseando
establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de
cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de garantizar
la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las leyes conforme a
un orden económico y social justo (Preámbulo de la Constitución española de
1978).
Todos contribuirán al
sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica
mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y
progresividad que, en ningún caso, tendrá carácter confiscatorio (artículo 31,
primer párrafo, de la Constitución española de 1978).
Los poderes públicos promoverán
las condiciones favorables para el progreso social y económico y para una
distribución de la renta regional y personal más equitativa, en el marco de una
política de estabilidad económica. De manera especial realizarán una política
orientada al pleno empleo (artículo 40, párrafo primero, de la Constitución).
Los poderes públicos velarán por
la utilización racional de todos los recursos naturales, con el fin de proteger
y mejorar la calidad de vida y defender y restaurar el medio ambiente,
apoyándose en la indispensable solidaridad colectiva (artículo 45, segundo
párrafo, de la Constitución española de 1978)
Los poderes públicos promoverán
las condiciones para la participación libre y eficaz de la juventud en el
desarrollo político, social, económico y cultural (artículo 48 de la
Constitución española de 1978).
Los poderes públicos garantizarán,
mediante pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas, la suficiencia
económica a los ciudadanos durante la tercera edad (artículo 50 de la
Constitución española de 1978).
Toda la riqueza del país en sus
distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés
general (artículo 128, párrafo primero, de la Constitución española de 1978).
Todos los españoles tienen
derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos
promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes
para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo
con el interés general para impedir la especulación (artículo 46 de la
Constitución española de 1978).
El Estado, mediante ley, podrá
planificar la actividad económica general para atender las necesidades
colectivas, equilibrar y armonizar el desarrollo regional y sectorial y
estimular el crecimiento de la renta y de la riqueza y su más justa
distribución (artículo 131, párrafo primero, de la Constitución española de
1978).
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